Por Circe Ángulo
¿Suena raro verdad? Estamos acostumbrados a oir aquello de los bancos sin corazón y que sólo piensa en el dinero, eso son los que desahucian, os que dejan a familias enteras en la calle. Pero por lo visto no son los únicos. Tenemos un caso concreto aquí en Mislata, una familia: matrimonia anciano, hijo con minusvalía y nieta de tan sólo 7 años. ¿Y quien dice ser el dueño? La Parroquia Nuestra Señora de los ángeles… eso dicen…
Estamos hablando de un caso que colea no un año, ni cinco años, ¡No!, esto se arrastra ya desde hace más de 50 año, si, estáis leyendo bien, 50 años hace desde que comenzó este litigio y el sufrimiento de esta familia. Tres párrocos han pasado desde entonces.
Hace la friolera de esos años, un buen hombre sin descendientes, Francisco Balvastre, decidió dejar toda su fortuna, que no sólo era dinero suficiente para gestionarse sola y mantenerse, sino que constaba de varias propiedades entre ellas casas en el casco antiguo del pueblo (zona Moreria) y el edificio que todos conoceréis, detrás del ayuntamiento, ese que alberga los juniors de la parroquia. Una servidora ha visto y leído el testamento ha hablado con la familia y con su abogado. Desafortunadamente no ha conseguido que el párroco me atendiera en relación a este caso.
Don Francisco legó toda esa fortuna para que los más desfavorecidos del pueblo, ya fueran ancianos, niños, enfermos o familias. La idea era realizar un hospital para necesitados en este edificio que sólo los juniors disfrutan y que el resto de casa fueran “viviendas sociales”. Para ello sus testamentarios hicieron una sociedad para administrar el legado, y pidieron ayuda o estos se ofrecieron, según a quien preguntes, a la parroquia o en concreto a su párroco del momento Don Timoteo. Se entregó las viviendas a diversas familias, entre ellas a los padres de esta anciana que ahora se enfrenta al desahucio, el contrato de cesión incluía un alquiler “solidario” y a cambio los inquilinos se hacían cargo de los diversos arreglos que precisaran los inmuebles. Con los años esta mujer reformó el inmueble, incluso montó negocio para poder sobrevivir. La cifra que se ha dejado en ella es como para leerla tres veces… Sin embargo la Iglesia hoy por hoy no valora nada de nada, sólo quiere apropiarse de esta y otras casas de la misma herencia. Alegan que Don Francisco no legó al pueblo y los pobres, sino a la parroquia misma, y que por ello tienen derecho a sacra a la calle a las familias. El fin… derribar, construir y vender… sin palabras.
Varios desahucios de esta familia se han parado ya, nuestra abuela 8porque por su lucha incansable debería ser abuela de muchos) ha recurrido al arzobispado de Valencia, donde amablemente la han atendido y amablemente la han ignorado. No descarta un viaje al vaticano, pero son cerca de 80 años… Su lucha no es sólo por conservar un techo sobre su cabeza, también lucha porque el testamento íntegro se haga público y efectivo, no sólo las casas para los necesitados, sino el hospital para enfermos y niños sin familia que debería estar en un edificio semiabandonado, dejado perder y medio destruido en su interior. Quiere respuestas: ¿dónde está esa inmensa fortuna? ¿En qué se ha empleado el dinero? ¿Qué ha ocurrido con el resto de propiedades? Y ¿ por qué no existe hospital alguno?.
Para informarse sólo tenéis que acudir a Pepita, nuestra tierna abuela, en la calle Mayor 25 de Mislata. Atiende a todos los que desean conocer su historia y otorga fotocopias de documentación a todo aquel que no la cree. Un ejemplo de transparencia que no comparten los otros implicados en el caso, la Parroquia de los Ángeles.
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