Vicente García Escrivá
Agrupado del Movimiento
Social y Político Recortes Cero
Desde finales del 2008, año en que estalló la llamada burbuja inmobiliaria, venimos soportando una crisis pertinaz que parece no tener fin, aunque a lo peor deberíamos de analizar bien los hechos para determinar en que momento la crisis financiera e inmobiliaria pasó a convertirse en un vulgar saqueo de las grandes potencias (EEUU y Alemania fundamentalmente) hacia aquellos países, que por su alto grado de dependencia, era mas fácil aplicar las famosas medidas de austeridad y recortes que tanto sufrimiento han traído y siguen trayendo a los pueblos de los llamados despectivamente PIGS (cerdos en ingles), o lo que es lo mismo Portugal, Irlanda, Grecia y España (Spain).
Y es que el capitalismo es tan voraz, que cuando encuentra un filón (como en este caso fue el mercado inmobiliario), es incapaz de dosificarse aunque este mas claro que el agua que la burbuja creada les va a reventar en la cara: carpe diem, vivamos el momento y que los demás arreen con las consecuencias. Y este fenómeno no se produjo solo en España (no hubiera tenido las repercusiones mundiales que ha tenido de ser así), este fenómeno ocurrió en todos los países bajo influencia estadounidense, y en el centro del imperio (EEUU) con más virulencia si cabe.
Era como la pescadilla que se muerde la cola, un círculo vicioso que cada vez se hace mas y mas grande. Puede que os preguntéis, ¿y porque no frenaban un poco? La respuesta es clara: Se ganaba mucho dinero, cantidades ingentes. Las entidades financieras hacían su Agosto financiado a las constructoras y vendiendo después las hipotecas (hipotecas por el 100% del valor de la casa, e incluso por más si la casa necesitaba una reforma), y como el precio de la vivienda subía y subía, y parecía no tener techo, pues todos contentos. Hasta la gente de a pie se planteaba especular comprando una casa y vendiéndola un tiempo después obteniendo algún margen de beneficio.
Pero como todo en esa vida, el mercado se saturaba y cada vez era mas difícil mantener el ritmo de ventas y la demanda para que los precios siguieran subiendo. Entonces los bancos americanos tuvieron un gran idea: las famosas hipotecas subprime o hipotecas basura. Unas hipotecas diseñadas desde un principio para gente que, obviamente, no podía asumir la compra de una vivienda. Un gran margen de tiempo sin tener que pagar nada y con la promesa de que a la velocidad que crecían los precios de las viviendas, para cuando les tocara empezar a pagar ya habrían vendido la casa y ganado un jugoso beneficio. Hasta a los típicos trotamundos sin hogar que hay por las calles en EEUU se les ofreció este tipo de hipotecas.
Pero los americanos no son tontos, sabían que que si la burbuja se rompía (y tarde o temprano tenía que pasar) esas hipotecas no valdrían ni el papel reciclado en que estaban impresas. Por otro lado la necesidad de liquidez era imperiosa para seguir hinchando el mercado y se les ocurrió (o ya estaba así planificado) la feliz idea de montar grandes paquetes de hipotecas, algunas mas o menos fiables y otras muchas subprime y ofrecerlas a los bancos europeos (sobre todo alemanes) como garantía de prestamos que les dotasen de la liquidez que precisaban. Ni que decir tiene, que esto expandió y agravó la crisis inmobiliaria (que por supuesto llevaba los mismos derroteros en Europa) a múltiples países del área de influencia norteamericana.
El invento a punto de estallar
En el año 2011 se estrenó una producción americana para la TV titulada ‘Too big to fail’ (Demasiado grande para fallar) que se ha estrenado en España bajo el título ‘Malas noticias’. En este telefilm se describen los esfuerzos, negociaciones y maniobras que la Secretaría del Tesoro norteamericano tuvo que realizar en 2008 para evitar las caídas estrepitosas de los grandes monstruos financieros Lehman Brothers, Merrill Lynch y la aseguradora AIG.
No quisiera adentrarme demasiado en este artículo sobre la trama del telefilm, simplemente comentar que mientras los listos de la agencia de calificación de deuda Standard & Poors le asignaban una valoración totalmente positiva y fiable a Lehman Brothers, durante esos mismos días, el Sr. Henry Paulson (Secretario del Tesoro) buscaba con desesperación que otros bancos (Bank of America y Barclays principalmente) adquiriesen Lehman Brothers para evitar su catastrófica caída y las consecuencias que conllevaría.
Pero Merrill Lynch se encontraba en una situación muy similar a Lehman Brothers y sabía que serían los siguientes en estar en la picota, y entonces quizás no habría otras entidades financieras que la pudieran adquirir, así pues, puentearon las negociaciones y cerraron un acuerdo previo que dejo a Lehman Brothers con el culo al aire. Paulson, el Secretario del Tesoro, intentó ‘colocar’ a Lehman Brothers al City Bank, pero al tratarse de un banco ingles, este tipo de operaciones requería que una comisión en Londres lo aprobará y no lo hizo. Finalmente Lehman se tuvo que declarar en quiebra.
Las primeras reacciones de prensa y mercados al día siguiente fueron asombrosamente de calma (seguramente la que precede a toda tempestad). Todos parecían reconocer que el Secretario del Tesoro había hecho todo lo posible para salvar a Lehman Brothers, pero se había negado a rescatarlo a base de inyecciones de dinero público y eso era aplaudido.
Boom !!
Cuando todos parecían respirar tranquilos por la calma existente, salta la liebre en Wall Street, la aseguradora AIG (American International Group) lider en el mercado mundial de seguros y servicios financieros, con una red que se extiende sobre mas de 130 países, cae en bolsa, el mismo dia que se hunde Lehman Brothers, un 60,8%, descubriéndose que de Enero a Septiembre del 2008 habían perdido el 92% de su valor en bolsa. Y es que AIG es la principal aseguradora de las cuotas de hipotecas (incluidas las subprime) y esta vez la Reserva Federal de los EEUU se ve obligada a nacionalizarla con una inyección de 80.000 millones de dolares para que pueda recuperar el 80% de sus activos.
Estas fueron, sin duda, las mas escandalosas noticias surgidas de la crisis del sistema financiero norteamericano, pero el terremoto afecto a otras muchas entidades, y otras piezas del dominó mas pequeñas saltaron por los aires. Se empezó entonces a vislumbrar que la reforma y eliminación de limites y barreras a la especulación que desde la administración Reagan se habían llevado a cabo no habían sido correctas. Hacer creer a las entidades financieras que todo el monte es orégano y no hay limite para la especulación puso a entidades dedicadas al ahorro y planes de pensiones con serias dificultades para responder a sus compromisos. Al fin y al cabo si inviertes en bolsa conoces los riesgos, puedes ganar mucho o perder, pero un trabajador espera que sus ahorros estén mas asegurados para el día de su jubilación.
Continuará
En esta primera parte del artículo, he procurado sin profundizar demasiado y sin la utilización de términos complicados, explicar una crisis que fue real, que surgió de la sobre-explotación del mercado inmobiliario y que finalizó con una crisis del mercado financiero de grandes proporciones.
Sin embargo, como apunta el primer párrafo, considero que la crisis ha sido manipulada, alargada y utilizada para ocultar cuestiones menos económicas y mas de alta política y geopolítica (aunque ambas tienen su base material en la economía) que trataré de explicar en la segunda mitad del artículo, por las terribles consecuencias en recortes y pobreza que para muchos pueblos del mundo incluido el nuestro están suponiendo.
NOTA; Habrá que cuestionarse algún día, que criterios de objetividad utilizan las agencias de calificación de deuda para dar sus certificaciones, Standard & Poors ante esta pregunta en la comisión del senado por el que fue interrogada en relación a la caída de Lehman Brothers se limitó a responder que esa era su “opinión” en aquellos momentos.
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