Javir Krahe el adiós de un mito de la canción protesta

De figura quijotesca, con semblante recio. Él siempre salió a los escenarios acariciando una caña de cerveza con una mano y en la otra empuñando un cigarro, Javier Krahe nunca dejaría de ser mordaz contra el poder corrupto que se ha instalado en España desde los comienzos de la transición, hasta esa mentira llamada democracia. Con su muerte los barrios más humildes, han perdido la voz de uno de los poetas urbanos que supo tutear con elegancia al sistema del poder.

Pijo” de nacimiento, pues muy pocos son y fueron los que nacieron o pudieron vivir en el barrio madrileño de Salamanca. Su condición no le paro y ni se calló ante las injusticias y por alguna sana ocasión le dio por la pasión hacia la cultura, creando en el 1980 su primer álbum en solitario “Valle de lágrimas”. Su primer álbum llegaría a ser un bombazo cultural, el cual pondría las bases para que se juntase al cantautor Alberto Pérez, y acogiendo a Joaquín Sabina crearan “La mandrágora”. Directo grabado en los sótanos de un local que llevaba el mismo nombre dentro del barrio de La Latina. Agudizando esa elegancia y el gusto que había cogido el propio Krahe por la música francesa y que la haría palpante a través de sus versiones de la canciones del cantautor Georges Brassens, como sería “Marieta”, que sería la única que fuera recogida en el directo de los tres cantautores sobre un mismo escenario.

De él nos deja un legado de 13 álbumes en estudio, un suculento álbum grabado en Valladolid y un 35 aniversario en Madrid. El cuál sin querer es el disco con el que serviría para decir adiós a un cantautor que hizo que muchos más venideros luchasen por tener un hueco en los escenarios.

Que la tierra le sea leve maestro Krahe.

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