MACROBIÓTICA: ¿HAY QUE COMER DE TODO?

Por Irene García Cervera

Pirámide de Michio Kushi

Cuando alguien me dice “hay que comer de todo” siempre me quedo pensando que esa frase  puede llevar a confusión y pensar que alimentándonos con todo lo que nos ofrece el mercado estamos llevando un buen hábito de vida.

Antes de conocer la macrobiótica mi estilo de vida dejaba bastante que desear. Tenía poca vitalidad, siempre estaba cansada, tenía mucho frío y mi cara tenía siempre un aspecto enfermizo de color blanco. No me gustaba cocinar porque no le encontraba sentido, simplemente hacía algo rápido y me lo comía. Entonces pensaba que los alimentos que nos comíamos todos los días nos podían perjudicar debido a sus ingredientes. No entendía por qué en casi todas partes se permite vender comida con muchísimos conservantes, colorantes y aditivos de dudosa fiabilidad, ya que muchos de ellos decían que podían ser nocivos para la salud. Además tampoco entendía por qué esta sociedad nos educa para cuando estamos enfermos tomar medicación y quitar el síntoma, en lugar de ir a la verdadera causa.

Pero un día cayó en mis manos un libro de Georges Oshawa en el que decía que tomando cereales integrales en grano, verduras y legumbres, entre otros, podíamos prevenir muchas enfermedades e incluso sanarlas. Entonces decidí investigar un poco más y encontré La Macrobiótica y aquí sigo desde entonces, hace más de 11 años.

Macrobiótica significa “gran vida”. Corresponde no solo a la dieta, sino a unos hábitos de vida en armonía con el entorno que nos rodea. Así el ejercicio, el contacto con la naturaleza, una buena dieta y en general los hábitos saludables es lo que promueve esta forma de vida.

Esta filosofía, aunque se ha practicado toda la vida y en todas las culturas hasta hace pocos siglos en los que empieza a industrializarse todo, comienza a ser estudiada en Japón por Georges Oshawa.

La Macrobiótica se basa en los principios del yin y el yang, que aunque nos “suene a chino” (nunca mejor dicho) en realidad no es difícil de entender si pensamos en yin como una fuerza que expande y enfría y en yang como una fuerza que contrae y calienta. Así hay alimentos que expanden y enfrían y alimentos que contraen y calientan. En La Macrobiótica no se consumen los alimentos con energía yin y yang extrema porque nos pueden llevar a enfermar, sino los alimentos con una energía yin y yang más equilibrada.

Como alimentos de yin extremo están entre otros: azúcar, refinados, drogas, medicación, alcohol, lácteos animales y derivados (quesos suaves, yogur, mantequilla, nata, etc.), café y otros estimulantes, etc.

Como alimentos de yang extremo estarían: carnes y derivados, quesos curados, huevos, sal refinada, etc.

Los alimentos que tienen una energía más equilibrada (equilibrio yin y yang) y por tanto se consumen diariamente son: cereales integrales (arroz, mijo, cebada, quinoa, trigo sarraceno, maíz, pasta integral, harina integral, etc.) Además también opta por el consumo de fruta y verdura siempre local y de la estación y ecológica. Se consume mayor cantidad de proteínas vegetales que animales. Dentro de estas proteínas vegetales tenemos: legumbres y derivados, seitán, semillas, frutos secos y algas. Se usan aceites de primera presión (oliva, sésamo, girasol, etc.) Como proteína animal se opta por el pescado. Se utilizan productos fermentados como: verduras fermentadas (chucrut, etc.), miso, salsa de soja (shoyu), melazas de cereales,  ciruela umeboshi, etc. Como endulzantes se utiliza: melaza de arroz, de cebada, de trigo, y de otros cereales.

Al final mi respuesta a si hay que comer de todo es NO. Lo que debemos comer lo que la naturaleza nos ofrece. Alimentos sanos y naturales que no están procesados y que nos ofrecen además de los nutrientes necesarios, la energía adecuada. Muchos alimentos que nos ofrece el mercado están altamente procesados y envasados poseen grandes cantidades de químicos y otras sustancias no saludables, además de no aportarnos la energía necesaria para nuestro buen funcionamiento físico, mental y emocional.

 

Irene García Cervera (Bióloga, profesora y consultora Macrobiótica)

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